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Soy una persona de apariencia normal, pero dentro de mi existe esa persona obscura y sin reservas, que vive en las penumbras de este viaje llamado VIDA.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Sexy Vampire II


Unos meses después de aquel encuentro, decidí irme de viaje a New York City para olvidar el hecho que todavía torturaba la poca fragilidad de mi ser, que se iba consumiendo poco a poco, al recordar el estrepitoso murmullo de tu aliento.


Una tranquila tarde de verano tome el ferry de Whitehall street en Manhattan a St. George en Staten Island. Donde las hermosas vistas de Manhattan, el puente de Verrazano, el de Brooklyn , la Estatua de la Libertad y La isla de Ellis me hicieron borrar por un momento mi tormento. Al regresar por la noche a Whitehall, mientras el viento rosaba mi cara y jugaba con mi pelo, note de reojo una sombra que se acercaba lentamente que luego me tomo por los hombros.


Me paralicé mientras sufría una escalofriante sensación, mi temor era tan grande que solo pude cerrar los ojos, luego de hacerme una pequeña herida al interior de la mejilla,donde apretaba mis dientes fuertemente con la esperanza de que todo fuera una alucinación pasajera, pero al percibir ese inconfundible aroma que emanabas, no pude contenerme.


Me volví para besarte apasionadamente, mientras me tomabas por los brazos acercándome a ti salvajemente cuando tus labios sintieron los mios pudiste advertir que de mi boca brotaba el dulce elixir de tu deseo animal.


Solo pasaron segundos para averiguar que ya no estabas ahí, mi desilusión no tenía cabida, me percate que había llegado a el puerto, baje del ferry y me dispuse a caminar sin rumbo; imaginandome lo exitante que se veían tus ojos, donde mi memoria recorría el olor de tu piel, de pronto ese olor se volvía mas penetrante y frente a mi apareciste, trasladandome a lo que parecía un bosque lúgubre que en definitiva no era nada que yo hubiera conocido en Manhattan.

El frió de el lugar congelo mis extremidades que solo permitían moverme con dificultad, los árboles emitian sonidos aterradores cuando el viento golpeaba sus ramas, una luz tetricamente azulada inundaba el bosque.

No muy lejos se encontraba una montaña con una pequeña cueva que en el interior se podía observar una fogata improvisada,que pensaba que calmaría mi titiritar por el frió infernal del paraje.

Cuando me acerque a la entrada, del interior de la cueva saliste abalanzandote sobre mi, arrancándome con furia la ropa.


Mis pensamientos pervertidos se apoderaron de mi, solo podía pensar en ser tuya y complacerte a cada detalle sin ningún recato ambiguo. En tus ojos se podía ver que te exitaba mi delicada desnudez; con lujuria aventaste mi cuerpo desnudo al suelo dejandome boca abajo. El deseo mutuo de una noche apasionada nos permitio llegar al éxtasis de nuestros mas bajos instintos.


Nuestros cuerpos absortos se movían de un lado a otro en perfecta armonía, que con tu boca cautivadora rosabas mis senos haciendo mas exitante la noche, la luz de la fogata rodeaba nuestros cuerpos que a pesar del frío del lugar se podía sentir el calor del deseo que llenaba la cueva de aquel sitio desconocido.


Exahusta de la alocada noche caí profundamente dormida, solo pude sentir tus manos acariciando mi cara mientras decias otra vez -Tienes que ser mia para toda la eternidad-. Me desperte sobre saltada-¡¿Una enternidad?!, eso es mucho tiempo-.