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Soy una persona de apariencia normal, pero dentro de mi existe esa persona obscura y sin reservas, que vive en las penumbras de este viaje llamado VIDA.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Sexy Vampire IV


Mi cara aterrorizada provoco que Antuan volteara la mirada hacia aquel rincón, mientras yo sólo me cubría el rostro con las manos temblorosas y cerraba los ojos tratando de no verte más, pero todo intento fracasaba.

Un viento frío recorrió mi cuerpo y un silencio estremecedor llenaba toda la pieza, sólo se podía escuchar el lento Tic-Tac del reloj, el tiempo se detuvo y por un momento el entorno se esfumo volviéndose un obscuro abismo, donde solo se podía distinguir las manos amenazadoras de mi íntimo atacante y el brusco palpitar de mi corazón.-¡Basta! Hazzel- pronunciaba exaltada, levantando las manos para alcanzar tu cuerpo.-Eres mía y tienes que entenderlo. Tienes que venir conmigo a "Lenox", te necesito en el reino y lo sabes- tus palabras hacían que mi memoria sufriera un ligero colapso que me transportaría a un recóndito recuerdo.


En mi mente borrosa y con mi vista algo nublada podía observar como caminaba dentro de un bosque y al llegar a un claro vi a una niña de unos escasos cuatro años con los ojos llorosos y frente a sus pies, a su madre embarazada que yacía en el suelo maltratada y herida mientras le gritaba: ¡¡Corre!! Hanna, ¡¡Corre y escóndete!! y no hagas ningún ruido dijo entre murmullos que al parecer la inocente alcanzo a oír. La tierna niña obedecía a su madre y se oculto dentro de un tronco hueco que no estaba lejos del lugar.

Seguí a la niña hasta su escondite para darme cuenta que en lo remoto se podían escuchar gritos desgarradores a lo que la curiosidad de la niña motivo a asomar sus hermosos ojos castaños fuera del tronco, para encontrarse con una escena debastadora. Unos entes vestidos con brillantes túnicas negras torturaban a la pobre mujer quemándola viva vertiendo sobre ella unos polvos rojizos que se elevaban al cielo gris y entonaban cánticos fúnebres que retumbaban en los oídos de la pequeña. Algo aturdida por lo que precenciaba corrí hacia la hoguera viviente. Cuando de momento, uno de ellos desvió la vista, dejando de hacer su maléfico ritual mostrando su conocido rostro -¡¡¿Antuan?!!-cuestionaba incrédula, al tratar de identificar al hombre de mi vago recuerdo.

-Karen, Karen ¿que pasa?¿estás bien?- Escuchaba a lo lejos ,mientras trataba de recobrarme de la visión;abrí los ojos y entre sollozos noté que aún me encontraba desnuda, recostada en el sofá rojo de la elegante habitación.-Tuviste una pesadilla, pero ya todo paso- dijo Antuan mientras me abrazaba para consolarme.

-por curiosidad en tu sueño mencionaste "Lenox"¿De donde lo has sacado?- Interrogó. La incomodidad de la pregunta torno el ambiente algo extraño y supuse que existía algo más en el contexto del cuestionamiento. -No, no sé.No entiendo de que me hablas. A lo mejor lo leí- Tartamudeaba.


-Tengo que enseñarte algo- de su abrigo saco un papel doblado, algo arrugado, prendió otro cigarrillo y me dio la hoja desgastada; me pidió que lo abriera.-¿Sabes que?, no tiene importancia- Arrepentido tomó el papel de mis manos y lo devolvió al bolsillo.


El comportamiento tierno de Antuan había cambiado, extrañada me dirigí a la cama pero no dije más- ¿me acompañas?- sin mencionar palabra alguna, Antuan siguió mis pasos y me tomo por la cintura.

El calor de su cuerpo me incitaba a seducirlo, antes de que pensará más, con agilidad cargo mi cuerpo colocándolo bestialmente en la pared, para después cautivarme con sus labios y sus ardientes caricias sobre mi tibia piel. Perdiendo el control nos dejamos llevar por la pasión. Un espectacular situado en un edificio contiguo, dejaba tintineantes estelas rojizas de luz que entraban por la ventana iluminando nuestros cuerpos embargados en peculiar agasajo que terminamos bajo las suaves sábanas de seda.

Nos convertimos en uno, al unisono de las parpadeantes luces de la ciudad, el momento nos dejó sin aliento.

Exhaustos del exitante suceso caímos rendidos sobre la desbaratada cama, cerrando los ojos solo pude escuchar a Antuan tararear parte de un cántico mismo que ya había escuchado antes "pero ¿dónde?" pensé. "¡¡CLARO!!,¡es el mismo de mi visión!" y todo se nublo.