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Soy una persona de apariencia normal, pero dentro de mi existe esa persona obscura y sin reservas, que vive en las penumbras de este viaje llamado VIDA.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Siari la niña mala



















Obscura, misteriosa, impredecible en situaciones predecibles; así era ella, la niña de piel blanca que bajo sus ojos verdes guardaba secretos y en su negro cabello enredaba pensamientos.Ante la mirada de los extraños solo era una "tierna" adolescente que como la mayoría trataba de llamar la atención.

Siari veía al mundo bajo otra perspectiva, si tu veías el vaso medio lleno, ella lo miraba casi vacío;Si tu decías gris ella solo podía voltear dándote una ligera mueca de desaprobación, pues en su pensamiento solo era negro mezclado con algo de blanco, pero no era gris.

Aveces solo quería ser como cualquier chica de 15 años, de esas que llenaban los cuadernos de corazones, que se criticaban entre ellas y seguían siendo "amigas";de esas que cantaban canciones de letras poco profundas rayando en la idiotez, mientras escribían cartitas de amor para el novio en turno .En pocas palabras quería ser lo que la sociedad llamaría "normal".

_¿Normal??, para que mierda quiero ser normal_ se preguntaba mientras reflexionaba sobre lo que implicaba ser una niña común._ Ja. ¿Ser una más del montón?, niñas sin cerebro. Pobres pendejas !! _

Siari había sido suspendida de la escuela 2 semanas antes por irrumpir bruscamente en una junta de maestros haciendo señas obscenas mientras gritaba su inconformidad al sistema del colegio.
-En vez de que los profesores anden buscando cualquier pretexto estúpido para cogerse a sus alumnas, deberían de reconsiderar los temas de estudio además demuestran que no saben lo que dicen, son unos pinches habladores....profesores mediocres de mierda- decía mientras la arrastraban fuera del salón. Situación que llegaría más temprano que tarde a oídos de sus padres.

Los padres de Siari creían que era propio de la edad ser tan rebelde como ellos la llamaban, sin embargo tratando de aparentar preocupación por el comportamiento irreverente de su hija la llevaron contra su voluntad con un psicólogo para que curara su "locura" ya que no era el primer episodio de descontrol.

El Dr. Roberto Yens era una persona un tanto solitaria, se refugiaba en su trabajo, en los libros, en los viajes y su música; no tenía tanta suerte en el amor, pero no era algo que le preocupara tanto en ese momento, el sabía que un día las cosas cambiarían.

Roberto acababa de llegar de un viaje del extranjero visito museos, un par de amigos y un bar local donde tuvo una cita y sexo casual; nada fuera de lo normal ella le dio su teléfono y el prometió llamar. Bajó del avión y regreso a su apartamento, se baño y se alisto para dirigirse a su consultorio a trabajar.

En cuanto entro al consultorio, la secretaria le informo de los pendientes y de los pacientes que esperaban consulta, el con un gesto de fastidio tomo el expediente de su primer paciente, dejo su saco en la silla- has pasar al primer paciente-le dijo a la secretaria mientras se sentaba detrás de su escritorio y ojeaba el informe.

Unos momentos después una cara angelical paso el lumbral de la puerta, unos ojos verdes alumbraban toda la habitación, era ella "La niña mala" así decía su expediente.













viernes, 4 de febrero de 2011

Satisfacción...

Antes del amanecer ya te pensaba, llegaste a mis pensamientos como cual ave taciturna.
Me perdí en mis pensamientos y afloraron mis deseos, te sentía en mi piel, sentía tu vaho recorriendo mi espalda, presentía tu escencia sobre mi pecho y sentí como me tomabas con tus labios húmedos.
El calor de mis pensamientos, me obligaron a deshacerme de mi ropa y aferrarme al colchón; recorrí mi cuerpo con mis manos cálidas pensando en las tuyas. Me imagine la escena plagada de deseo y perversión y sin poder contenerme tocaba cada rincón.
Mi mente no dejaba de imaginar y mi cuerpo sólo se dejaba hacer por lo que creía eran tus manos, tus labios, tu cuerpo. Estaba tan extasiada en mi deseo que perdí la noción del tiempo, ya había amanecido y mi cuerpo tibio te necesitaba cada minuto más, llamandote con cortos gemidos de satisfacción.
Seguia escribiendo historias eróticas en mi imaginación, dondé tu eras el protagonista sin saberlo y mis manos eran el reflejo de tu deseo o realmente era ¿de mi propio deseo?.

viernes, 29 de octubre de 2010

Carta de Deseo

Me he dado cuenta que también puedo sentir miedo, coraje y quizá celos, aunque no estés aquí y no tengamos nada que ver.


Creo que solo te quiero para mi, a mi manera, en mi mente, en mi pensamiento obvio y elocuente; en mis instintos ,en mis entrañas, en mis travesuras buenas o malas.



Quiero que me desees yo digo hasta cuando se acaba este maldito juego, yo digo hasta donde me quiero quemar las manos; por que sabemos que para eso existes, no para amarte desesperadamente. Si no solo para alimentarme de tu deseo; para robarte siempre los pensamientos, que me desees mucho mas y que digas mi nombre cuando estés con otra, que me pienses siempre y que me veas cuando hagas el amor con quien sea.


No sé que clase de sentimiento sea, pero solo quiero saber que me quieres y que me deseas aunque no este contigo y nunca sienta ese amor por ti.



¿Que clase de persona soy? no lo sé, solo sé que soy una simple persona que le teme al olvido, a tu olvido.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Un deseo.

¡Trátame suavemente!- Te susurre al oído, mientras quedaba boca abajo en el colchón.

Parecías no escuchar, estabas tan absorto en tus planes de placer;que tu mirada parecía vacía, distante, vagando por ningún lugar.

Acaricie tu rostro y mis ojos embriagados de deseo te pedían más, vacilante pronunciaba a ratos algunas palabras provocadoras que llegaban suaves como los dedos de seda que me recorrían las piernas.

Los besos dados parecían ardientes llamas que transitaban rápidamente por nuestros cuerpos, dando cabida a las sensaciones de placer que hacían opacar el mismo infierno.

Seductoramente recorríamos los recovecos de nuestros sutiles cuerpos, las manos traspasaban rutas que ya conocía, para hacer nuevos trayectos en nuestros antojos mas pérfidos, mientras los labios humedecían cada parte de ellos.

Fascinado, embelesado en nuestro regocijo , reconquistabas mis cumbres, tomabas mis pechos sin ningún desprecio, mientras gritaba de deseo. Mis palabras incitantes retumbaban en cada pared de la habitación, en dónde recorrimos cada rincón.

-Tómame, quiero se tuya- afirmaba mientras satisfacías tus necesidades de hombre, con mi cuerpo ardiente lleno de pasión, que no oponía ninguna resistencia, sólo se dejaba hacer a tu placer.

El deseo se sentía por cada poro de mi piel, a lo que pudiste responder con tonos más exitantes de éxtasis.

Mi cabello bailaba sobre tus hombros mientras en tus pensamientos desatabas mis retorcidas perversiones. Sólo para el final quedar rendidos bajo las sábanas del colchón.

martes, 1 de diciembre de 2009

PROVOCACIONES


Extraño tus manos sobre mi pecho para sentirte dentro de mi piel, con tus suaves labios recorriéndome las piernas, sobre tu regazo encuentro el éxtasis de mi libido mas perverso, en tus mirar veo el placer que incita a que disfrutemos. Tus ojos provocan que disfrutemos del singular frenesí del choque de tus muslos contra mis piernas, dejando penetrar la idea seductora de conspirar en tus placeres mas obscuros.
Me encanta sentir tu cuerpo sobre mi piel impaciente de ti, el hambre del deseo en mi boca húmeda plagada de besos explosivos y de palabras provocadoras, insinúan habilidosamente el deleite que ocasionas.

Sé que disfrutas mi rebeldía, que gozas con la sutileza excitante de mi cuerpo.
Al ritmo de las luces de los espectaculares me desabotono, dejando caer sobre el piso mi delicada vestimenta; desnuda, sigo bailando para ti hasta llegar al borde del sillón, me das tus manos seductoras para atrapar mi cuerpo, me acaricias la cara mientras trato de despojarte la camisa.


Quiero ser tuya esta noche, quiero que me provoques placer.


Mis ojos encuentran los tuyos, que se notan llenos de lujuria.


Necesito que me toques , pero solo me acaricias con la mirada absorta; el sillón parece parte de ti, mientras las luces exhiben mi cuerpo excitado.

Quiero que me digas tus fantasías,quiero cumplir todas tus expectativas,quiero que te dejes llevar por tus instintos y me dejes llevarme por los mios.


Agarro tu cabello, te obligo a que me mires,que beses mi boca ardiente.Estoy excitada y lo sabes.


Busco tu cuello para seducirte, tomas mis senos para provocarme, recorro con mi aliento tu cuerpo hasta llegar a tu entrepierna, me tomas por el cabello para excitarte. No quiero dejar de saborearte. Dejas que te haga, dejo que me hagas.

-No quiero que termine- piensas, pero los dos sabemos que algún día eso tiene que suceder.
No dejas de verme, de incitarme, de excitarme, tu respiración se detiene; nos hemos quedado sin aliento, las luces de la calle parecen resplandecer más de lo que deben, hemos desfallecido, llegamos como uno. Fuimos presa del deseo, que deseamos se repita.
Exhaustos pero con singular sonrisa nos miramos, nos mentimos, nos disfrutamos y nos alejamos.
Sin más, tomamos nuestras ropas, te beso en la mejilla y me despido con una carta escrita en mis labios, con un recuerdo grabado en tus pasiones, con un aliento incompleto.
Sin mas tomamos nuestras ropas, me correspondes el beso, te despides con una mentira en los ojos, con un recuerdo grabado en mi piel, con un recuerdo en mi mente y sé, que nunca vas a volver.
Dominante es el destino, hemos dejado el pasado, hemos disfrutado y nos hemos marchado.

Al paso de los días imaginamos, soñamos, anhelamos las caricias de nuestra cálida aventura, esperando se repita;esta vez esperando no irnos, esperando quedarnos, esperando que ya no sea parte del pasado.
Pero sabemos que eso no va a suceder.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Sexy Vampire IV


Mi cara aterrorizada provoco que Antuan volteara la mirada hacia aquel rincón, mientras yo sólo me cubría el rostro con las manos temblorosas y cerraba los ojos tratando de no verte más, pero todo intento fracasaba.

Un viento frío recorrió mi cuerpo y un silencio estremecedor llenaba toda la pieza, sólo se podía escuchar el lento Tic-Tac del reloj, el tiempo se detuvo y por un momento el entorno se esfumo volviéndose un obscuro abismo, donde solo se podía distinguir las manos amenazadoras de mi íntimo atacante y el brusco palpitar de mi corazón.-¡Basta! Hazzel- pronunciaba exaltada, levantando las manos para alcanzar tu cuerpo.-Eres mía y tienes que entenderlo. Tienes que venir conmigo a "Lenox", te necesito en el reino y lo sabes- tus palabras hacían que mi memoria sufriera un ligero colapso que me transportaría a un recóndito recuerdo.


En mi mente borrosa y con mi vista algo nublada podía observar como caminaba dentro de un bosque y al llegar a un claro vi a una niña de unos escasos cuatro años con los ojos llorosos y frente a sus pies, a su madre embarazada que yacía en el suelo maltratada y herida mientras le gritaba: ¡¡Corre!! Hanna, ¡¡Corre y escóndete!! y no hagas ningún ruido dijo entre murmullos que al parecer la inocente alcanzo a oír. La tierna niña obedecía a su madre y se oculto dentro de un tronco hueco que no estaba lejos del lugar.

Seguí a la niña hasta su escondite para darme cuenta que en lo remoto se podían escuchar gritos desgarradores a lo que la curiosidad de la niña motivo a asomar sus hermosos ojos castaños fuera del tronco, para encontrarse con una escena debastadora. Unos entes vestidos con brillantes túnicas negras torturaban a la pobre mujer quemándola viva vertiendo sobre ella unos polvos rojizos que se elevaban al cielo gris y entonaban cánticos fúnebres que retumbaban en los oídos de la pequeña. Algo aturdida por lo que precenciaba corrí hacia la hoguera viviente. Cuando de momento, uno de ellos desvió la vista, dejando de hacer su maléfico ritual mostrando su conocido rostro -¡¡¿Antuan?!!-cuestionaba incrédula, al tratar de identificar al hombre de mi vago recuerdo.

-Karen, Karen ¿que pasa?¿estás bien?- Escuchaba a lo lejos ,mientras trataba de recobrarme de la visión;abrí los ojos y entre sollozos noté que aún me encontraba desnuda, recostada en el sofá rojo de la elegante habitación.-Tuviste una pesadilla, pero ya todo paso- dijo Antuan mientras me abrazaba para consolarme.

-por curiosidad en tu sueño mencionaste "Lenox"¿De donde lo has sacado?- Interrogó. La incomodidad de la pregunta torno el ambiente algo extraño y supuse que existía algo más en el contexto del cuestionamiento. -No, no sé.No entiendo de que me hablas. A lo mejor lo leí- Tartamudeaba.


-Tengo que enseñarte algo- de su abrigo saco un papel doblado, algo arrugado, prendió otro cigarrillo y me dio la hoja desgastada; me pidió que lo abriera.-¿Sabes que?, no tiene importancia- Arrepentido tomó el papel de mis manos y lo devolvió al bolsillo.


El comportamiento tierno de Antuan había cambiado, extrañada me dirigí a la cama pero no dije más- ¿me acompañas?- sin mencionar palabra alguna, Antuan siguió mis pasos y me tomo por la cintura.

El calor de su cuerpo me incitaba a seducirlo, antes de que pensará más, con agilidad cargo mi cuerpo colocándolo bestialmente en la pared, para después cautivarme con sus labios y sus ardientes caricias sobre mi tibia piel. Perdiendo el control nos dejamos llevar por la pasión. Un espectacular situado en un edificio contiguo, dejaba tintineantes estelas rojizas de luz que entraban por la ventana iluminando nuestros cuerpos embargados en peculiar agasajo que terminamos bajo las suaves sábanas de seda.

Nos convertimos en uno, al unisono de las parpadeantes luces de la ciudad, el momento nos dejó sin aliento.

Exhaustos del exitante suceso caímos rendidos sobre la desbaratada cama, cerrando los ojos solo pude escuchar a Antuan tararear parte de un cántico mismo que ya había escuchado antes "pero ¿dónde?" pensé. "¡¡CLARO!!,¡es el mismo de mi visión!" y todo se nublo.

martes, 10 de noviembre de 2009

Sexy Vampire III


-¡¡¿Una eternidad?!!, eso es mucho tiempo- Mi voz retumbo con gran fuerza en las frías paredes de la cueva; mis manos tibias instantes atrás yacían frías en la tierra húmeda del lugar, la fogata ya no calmaba el inquietante frío, pues solo unas cuantas brazas quedaban encendidas, me vestí apresuradamente con la ropa desgarrada por la pasión tratando de aminorar el penetrante viento que calaba hasta los huesos.

-¡¿Hazzel!?-gritaba tu nombre-¿Dónde estas?-repetía, pero el único sonido del lugar era el eco de mi voz. Desolada me deje caer junto a un árbol, tape mi rostro con las manos maltratadas por el aire y por un momento el tiempo se detuvo, al volver la vista, note que había dejado aquella arboleda sombría y me percate que seguía abordo del ferry.

Sentí el toque de una mano tibia, recordando el encuentro previo, tenía la ilusión de que fueras tú -¿Se encuentra usted bien?,¿Puedo ayudarla en algo?- Dijo la voz de un hombre delgado, de unos treinta y tantos, de aspecto elegante al puro estilo neoyorquino que había tomado mi hombro en espera de alguna respuesta.-Me encuentro bien.Gracias-Conteste tajante.



Insistente el hombre continuo -Me llamo Antuan, soy profesor de arte-menciono, tratando de llamar mi atención se recargó sobre la baranda de la embarcación -¿Verdad que la vista es maravillosa?-Agregó, viendo hacia la distante estatua de la Libertad. -Si, es hermosa, sobretodo cuando cae el sol-Respondí sin dejar de mirar a aquel hombre extraño que su innegable elegancia me cautivaba-Por cierto, me llamo Karen- interrumpí mostrándole una sonrisa más de cortesía que de amistad.

Instantes después arribamos al puerto -¿ A donde te diriges?- preguntó Antuan tomando mi mano. -Solo voy a unas cuantas cuadras, voy a mi hotel- Dije mientras retiraba mi mano de la suya y señalaba a la distancia. -¡Que casualidad!, yo también voy por el camino,¿Te molesta que te acompañe?-Cuestionó lanzándome una sonrisa seductora, a la cual no puse ninguna resistencia.-No me molesta,¡vamos!-mientras trataba de corresponderle aquella coquetería.




Nos dirigimos al hotel que no estaba muy lejos, en el camino las preguntas más comunes no se hicieron esperar.<¿De donde eres?, ¿estudias o trabajas?> entre otras tantas cosas que pueden platicar dos personas que se acaban de conocer.El porte elegante de Antuan, la apariencia intelectual y su modo de percibir el mundo me resultaba en extremo arrebatador .

Llegando a mi destino y sin perder un segundo, sugerente le mencione a Antuan que siguiéramos platicando en la habitación del hotel donde me hospedaba, sin dudarlo el acepto; pasamos el looby de habitual elegancia , subimos el elevador de cristal que dejaba ver la finesa del lugar y llegamos a la habitación 129.

Ya en la habitación ,en el sofá estilo Luis XV de la impecable recepción del dormitorio, seguimos nuestra conversación que se torno algo provocadora, haciendo que me ruborizara por completo, subiendome la temperatura corporal y con ello el venir de un buen pretexto. -¡Qué calor hace!¿No te parece?-exclame quitandome el abrigo y desabotonando un poco de mi blusa dejando expuesto el borde de mis finos pechos.


Inocente, Antuan tomó mis palmas -Eres una beldad que me gustaría conocer más afondo- Dándome así un beso en la frente, para después acariciar mis piernas con sus suaves manos y recostarme en el tapizado rojo de aquel sillón, haciendo más intensa la situación.


Fascinada por la ternura de sus labios y la delicadeza de sus caricias, solo pude dejarme tratar suavemente. Me desnudo poco a poco sin dejar de besar mi piel que enardecía a cada contacto con su piel. Acariciando su sedoso cabello con mis dedos no omitía besarlo en cualquier zona que pareciera ser sensible, lentamente bese su cuello notando una herida, a la cual no le di importancia.


Rodando hasta la elegante alfombra del lugar, nos besamos y tocamos con singular frenesí, ninguno de los dos queríamos que el momento terminara.

Cansados del exitante trance me quede recostada en el sofá, Antuan tomó su camisa, saco una cajetilla de cigarros y me ofreció uno; mientras tapaba mi cuerpo tibio con su abrigo, no sin antes besarme la mejilla.

Creí que me encontraba sola con Antuan, pero una ligera sombra me hizo sospechar lo contrario, recorrí con la mirada temerosa toda la habitación hasta tropezar con un antiguo reloj.-¡Es media noche!- dije en voz alta.

Dentro las sombras de un recoveco pude percivir el aroma indescriptible de tu piel, mientras veía tu rostro salir enfurecido de las penumbras.-¡¡¿Hazzel?!!- Grite.